La importancia de la cultura en una traducción
Los seres humanos aprendemos la lengua materna de forma natural. Aprendemos a hablar escuchando a progenitores, familiares, amigos y resto de personas con las que nos relacionamos. Pero esta experiencia no solo nos nutre del lenguaje, sino también de la cultura propia de la sociedad donde crecemos y nos educamos. De hecho, cada idioma tiene un componente cultural, unas características propias que no siempre encuentran traducción en otras lenguas.
Así, el contexto cultural e histórico influye en el idioma y esto es clave a la hora de traducir, sobre todo en situaciones como reuniones de negocios con asistentes de países con diferentes culturas, una visita el médico en un país extranjero o la traducción del menú de un restaurante.
«Traducir es un tipo de actividad que inevitablemente abarca, al menos, dos idiomas y dos tradiciones culturales.» Gideon Toury
Una frase en apariencia sencilla en su significado puede contener sutilezas culturales que una traducción incorrecta desvirtuará el significado original. Por ello, los traductores profesionales tienen un conocimiento, no solo del idioma con el que trabajan, sino también una profunda inmersión cultural en el país o región en la que son especialistas.
Significado literal y contextual
En cada frase que traduce, el profesional tiene en cuenta el contexto cultural porque una traducción literal puede arruinar el mensaje, la comunicación. El sistema de valores y las costumbres pueden ser muy diferentes de un país a otro y ciertas palabras están muy relacionadas con este sistema de valores. En este caso, una traducción literal perdería el sentido. En definitiva, el traductor tiene que conocer ambas culturas, la del idioma original y la del idioma de destino.
En otro sentido, también el sentido del humor difiere de un país a otro y no siempre se puede traducir un chiste o una broma simplemente porque el contexto cultural no es el mismo.